Esta expresión que muchos conductores han realizado en más de una ocasión por la cada vez más numerosa cantidad de badenes o reductores de velocidad, se compensa cuando pensamos en la seguridad de los peatones. No obstante esta frase también la utilizamos los discapacitados cuando estos obstáculos están mal diseñados y nos impiden deambular normalmente por nuestro municipio y constituyen un autentico peligro a la hora de realizar una acción tan elemental como cruzar una calle.
Recientemente nuestra Asociación ha tenido la oportunidad de manifestar de forma verbal al Exmo. Alcalde de Paracuellos de Jarama la preocupación por la proliferación de reductores de velocidad instalados de forma incorrecta en nuestro municipio.
También hemos presentado un escrito en el que indicamos que dichos reductores suponen "un grave obstáculo para los desplazamientos de las personas con movilidad reducida debido a su discontinuidad con las aceras a la hora de cruzar las calles, siendo incluso peligroso para su integridad física".
En el escrito solicitamos que el Ayuntamiento siga las normas establecidas en la Instrucción Técnica para la instalación de reductores de velocidad del Ministerio de Fomento publicada en el
BOE de 29/10/2008, FOM/3053/2008, pág. 42795 a 42801.
En las fotografías siguientes se aprecian ejemplos de las deficiencias de estos reductores así como posibles soluciones que también hemos aportado en nuestro escrito.
Algunos ejemplos:
El ejemplo más flagrante: reductor de velocidad en la C/Chorrillo Alta (¡justo al lado del Ayuntamiento!) Se trata de un paso de peatones sobreelevado y señalizado. Entre la acera y el reductor hay desnivel y además existe discontinuidad entre ambos, lo que acrecienta su peligrosidad incluso para el peaton de a pie. Imposible cruzar con silla de ruedas.
En este segundo ejemplo en el Paseo del Radar, el reductor de velocidad puede confundirse con un paso de peatones sobreelevado pues está situado en la intersección con la calle Castilla la Mancha. Por supuesto que en este caso tampoco existe continuidad entre el reductor y la acera.
Algunas soluciones:
Primera solución: el reductor y la acera al mismo nivel y rejilla de unión entre ambos que asegura por un lado la continuidad en el desplazamiento y por otro la captación de aguas mediante conductos embebidos y sumidero en el lateral. No hay que irse muy lejos: Ronda de las Cuestas frente a entrada al Parque del Picón. Claro que en este caso la solución la aportó el constructor y no el Ayuntamiento.
Segunda solución: reductores de velocidad prefabricados previos a los pasos de peatones. Se sustiuirían así los de obra y en su lugar se colocarían pasos de peatones rebajados (desafortunadamente éste, situado en la calle Real frente al Colegio Miramadrid, no lo está).
Fotografías: Google Maps
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